El arte del siglo XX, que incluye pintura, escultura y arquitectura, entre otras manifestaciones, es de gran riqueza y complejidad. Durante la primera mitad de este siglo, muestra una sucesión de estilos más o menos lógica y definida. En la segunda, empiezan a ganar importancia las contradicciones, los replanteamientos y, en definitiva, nos dirigimos hacia algo mucho más complejo.
Para comenzar, hay que hablar primero de pintura. Las muertes de Gauguin y Cézanne son acontecimientos que marcan el siglo XIX y abren el XX. La verdad es que, aunque estos dos conocidísimos artistas tuvieron vidas paralelas, sus estilos artísticos son bastante distintos. Eso sí, ambos tuvieron que hacer frente a determinados problemas por los que los posteriores pintores también se preocuparían.
De hecho, sería en aquel entonces cuando empezó a crecer un colectivo de artistas que vivía y se desarrollaba al margen de instituciones oficiales, como eran la Escuela de Bellas Artes o la Academia de Bellas Artes. Era el auge de los fauvistas. Recordemos que los impresionistas ya estaban acostumbrados a vivir y evolucionar de forma independiente y al margen de las instituciones. Sería, pues, el turno para los fauvistas) y cubistas de experimentar lo que era esta soledad. Muchas veces, la soledad en este arte venía de la mano de la libertad que se podía ver en sus obras.
¿Quiénes son los fauvistas?
Se denomina como fauvistas a aquellos pintores apasionados del color y la simplificación de las formas. Fauves significa «fieras» en francés así que, seguramente, quien acuñó el nombre debió ver esta nueva corriente como algo muy enérgico y, tal vez, con un toque agresivo. Los fauvistas, de todos modos, no eran un grupo organizado, sino más bien disperso.
El fauvismo conecta de alguna manera con el impresionismo. En general, el impresionismo tiene únicamente por objetivo el plasmar visualmente lo que el artista capta. Para hacerlo, en el impresionismo se utilizan también las líneas esquemáticas y los colores puros. Esto último es lo mismo que hacen los fauvistas. Además, este nuevo grupo tiene un gran interés por las artes primitivas que se estaban empezando a descubrir. Estos serán hallazgos que les inspirarán profundamente, como lo fueron las esculturas procedentes de Oceanía y África.
La vida del fauvismo fue corta, ya que muchos de sus seguidores pronto empezarían a sentir la necesidad de presentar algo más que descripciones visuales. Inevitablemente, empezarán a querer reflejar algunos conflictos o convulsiones que afectarán a sus estados anímicos.
Sea como sea, el movimiento puede ser considerado como el primer fenómeno de ruptura con el pasado en lo que al arte del siglo XX se refiere, sobre todo con relación al equilibrio visual que se había intentado mantener en las obras de los artistas anteriores.